23 dic 2010

Se fue

Su voz se le rompió de pronto, como si fuera ahogarse, apretándose el pecho con ambas manos y dando largos suspiros, mientras sus ojos se le enrojecían al punto explotar,  grandes, bellos, murmurando con el poco aliento que le restaba: “Hayyy, mi Atena, por qué se fue, ella siempre estaba conmigo, me acompañaba cuando estaba sola… hayy hijo, qué pena siento”. Y mi garganta se hacía un nudo enorme al verla desgarrándose el polo, como si el corazón le doliera. “Ma… tranquila… no llores… má…”. Pero ella lloraba con la cabeza hundida mientras yo me hacía trizas por dentro, deseando dar la vida por una sonrisa suya y controlando a la vez mi pena, porque yo también la extrañaba. 

Hasta ahora me parece sentirla en las noches enjugarse las lágrimas y murmurar su nombre en el silencio de su sueño. Era su engreída, Su Perra. La belleza de su gordura y su mirada era un fiel reflejo del amor que se sentían. Ella entraba a su cuarto e inmediatamente lo hacía ella moviendo la cola; cerraban la puerta, introducidas en su mundo, en donde inventaban su propio idioma con el que se entendían y comprendían, una en la cama y la otra junto a ella, en el suelo, envueltas en la noche.

Pero ella un día se fue y se ausentó por siempre, dejando en el recuerdo y en el aire de nuestra casa sus alaridos, sus llantos, sus llamados. Sus dulces movimientos de cola al vaivén de su alegría. Sus ganas de comerse un pedazo de pan, una lambida de helado o un trozo de fruta, pero no plátano, sí, porque no te gusta, lo sabemos mi atenita, nuestra gorda y bella negra. Y dejó en su corazón una herida que poco a poco irá cicatrizando, sí má, porque ella está bien, ya no sufre y sabe que la quisimos mucho, sobre todo tú, su dueña, su má, y te cuidará por siempre, a un lado tuyo, echada panza arriba o panza abajo, atenta a tu llamado y siguiéndote a donde vayas, con esos ojitos negros que antes fueron lilas, y que desde arriba nos miran. Te miran.

“Aaaatena, ven a comer, mira las bolitas que te trajimos”. “Ummm. Guau… Guau….” Gordita. Mira como se engríe”.
Feliza Navidad Atena…
Junto a Aquiles