10 jun 2010

La cita

Ese sábado en la mañana el señor Raúl llegó a las 6 de la noche, sacó la llave de su bolsillo y miró de soslayo a cada lado, esperando sorprender a algún vecino curioso, al no asomarse nadie volvió su mirada e introdujo la llave en el cerrojo, le dio 2 vueltas a la  izquierda y 1 a la derecha, lentamente entreabrió el portal, dio cinco pasos adelante y se echó en un sillón. Quieto como una estatua en cementerio, se quedó pensando en la razón por la que iba a dormir a esa hora, si hasta ayer lo hacía a las 10, incluso a las 11 de noche, luego de entretenerse viendo programas de televisión, tomarse una taza de té y escuchar discos de rock en su cama, tapado hasta el cuello. Hasta que de un momento a otro lo supo, claro, como pudo olvidarse: mañana tenía una cita con la muerte y no podía volver a dejarla plantada.